lunes, 8 de agosto de 2016

Fotoreportaje "Mujeres valientes de una guerra"

En el artículo anterior les compartí los testimonios de algunas víctimas del Congo. Ahora le ponemos rostro a cada uno de esos testimonios, con estas fotografías de Isabel Muñoz y Concha Casajús, quienes se unieron junto a la periodista congoleña Caddy Adzuba para este proyecto, que muestra las historias de las mujeres congoleñas que han logrado sobrevivir y salir adelante entre la extrema violencia sexual que se vive en su país.

Casa África (consorcio público español que busca fomentar las relaciones entre Africa, Europa y Africa) unificó en una exposición el trabajo independiente que realizaron las fotógrafas en la RDC y que tiene como objetivo reunir las historias de estas mujeres y mostrar su determinación a enfrentarse al sufrimiento y decir definitivamente NO a su condición de víctimas.

Los nombres de las obras son "El camino a la esperanza" de Isabel Muñoz y "Las mujeres que rompieron el silencio" el poryecto de Concha Casajús.


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Leer:
Testimonios de Mujeres Valientes del Congo

lunes, 6 de junio de 2016

Testimonios de mujeres valientes del Congo

Las cifras de violaciones sexuales y mujeres muertas en la República Democrática del Congo son estremecedoras y aunque desde que empecé el blog en 2008, he visto como se han sumado a esta causa periodistas, fotógrafos, activistas y ONG al rededor del mundo, los testimonios no cesan.
Lo único bueno de estos testimonios es que tenemos la certeza de que se trata de mujeres que pudieron sobrevivir y en muchos casos salir adelante a pesar de la tragedia.

Las fotógrafas Isabel Muñoz y Concha Casajús estuvieron en Bukavu haciendo cada una un trabajo independiente y estos son algunos de los testimonios que se recopilaron de las víctimas:

La historia de Zabulonda Mwin Elysée la cuenta ella misma: “Tengo 28 años y cinco hijos. Nací en Shabunda, a 350 kilómetros de Bukavu. Había conflictos en nuestra aldea y nos trasladamos a las pequeñas casas que construimos como refugio en el bosque. Al huir llegaron las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) para atacarnos. Estaban mis padres, mis hermanos y hermanas… Los FDLR preguntaron por el jefe de la familia y se presentó mi padre y le obligaron a violar a su primera hija, que era yo. Mi madre estaba allí. Mi padre se negó. Lo decapitaron y lo descuartizaron. Nos dieron los trozos para que nos los comiéramos. Nos negamos, y mataron a mis hermanos. Quedamos mi madre y yo. Me violaron, no sé cuántos, introdujeron objetos en mi vagina, perdí el conocimiento y seguían violándome. Recobré el conocimiento y había cadáveres junto a mí: mis hermanos, también mi madre. Sólo quedaba mi abuela. En el hospital al que me trasladaron me dijeron que habían destruido todos mis órganos sexuales. No sabía cómo podía hacer mis necesidades, no sentía nada… Acabé en Bukavo, en Panzi, el hospital que se ocupa de las mujeres violadas. Estuve ingresada tres años, tuve múltiples operaciones. Me negué a regresar a mi aldea, no tuve fuerzas para hacerlo. Recuperé a mis hijos, a mi marido lo había perdido también. Me dijeron que no alzara peso, pero soy una portadora de objetos, tengo que hacerlo para sobrevivir, me siento muy mal, pero no tengo elección”.

Eugenie Bitondo: “Nací en Mwenda en 1967, estoy casada y tengo cinco hijos. En 2004 Mutebsi era el comandante en jefe militar y la guerra había comenzado en esa zona. Huimos de la guerra hacia Ngandu. En este conflicto murió mi marido, lo mataron en mi presencia. Entraron 14 militares y se le echaron encima porque él quería defendernos. Y los militares me cogieron y me violaron, uno tras otro, hasta siete. Desde entonces tengo dolores en las caderas, me destrozaron totalmente. Esto es el infierno y quiero anunciarlo a todo el mundo, a todo el planeta. En medio del campo, junto al río, cogen a las madres y las violan. No puedes salir de casa, porque ahí tampoco estás segura, derriban la puerta, se llevan lo que quieren y nos violan igualmente. No podemos salir a trabajar al campo, no tenemos nada de lo que podamos vivir, necesitamos ayuda para que puedan cambiar las cosas”.

Henriettre Kika: “Me violaron cinco rebeldes en el bosque. Iba al campo, cuando llegué me tiraron al suelo y me violaron, estaba agotada, no podía hacer nada. Mi marido intentó defenderme y los rebeldes lo mataron y lo descuartizaron. Después de atacarme me dejaron bajo un árbol. El ano y la vagina quedaron unidos, fue horrible ver los trozos del cadáver de mi marido junto a mí. Yo era como un animal, sangraba por todas partes, no podía tenerme en pie. Me llevaron a Kingulube y de ahí al hospital, por eso estoy viva. Soy madre de 10 hijos. El doctor encontró incluso trozos de madera adentro de mi vagina, no puedo volver a trabajar ni hacer nada. Si me ves por detrás tengo un bulto grande en el cuello, nunca tuve eso antes. No podía hablar ni comer, por eso me llevaron al doctor Denis Mukwege (leer: "El Doctor Mukwege y su Hospital") y estuve cuatro meses en el hospital. Después de muchos esfuerzos conseguí ponerme en pie. Ya no vivo con mis hijos y me siento inútil en la sociedad, olvidada y abandonada".

Mayuma Byantabo: “Tengo 46 años. Es realmente grave la situación que sufrimos. Un día salimos al campo, los niños se quedaron en casa, yo volví sobre las tres. Vi que la casa comenzó a arder. Los pequeños estaban encerrados dentro. Yo no podía entrar en la aldea, la tenían rodeada e intenté huir al campo. Pero me atraparon y me violaron. Yo ya sufría al pensar que mis hijos se habían quemado vivos en la casa y perdí el conocimiento. Dos días después, unas personas me recogieron y estuve una semana sin saber dónde me encontraba ni lo que había pasado ni lo que había sido de mis hijos. Me trasladaron a Bukavu para que me curasen. Mi marido, que no estaba con nosotros cuando sucedió todo esto, al enterarse me abandonó, me echó la culpa de lo que había sucedido. A mis padres los mataron en la aldea, a mis hijos los quemaron vivos, me encontraba sola en el mundo. Pienso que, de no haber sido por la guerra seríamos felices, estaríamos todos en la aldea con nuestros padres y nuestros hijos. Es la guerra la que ha traído todo esto.

Cheusi Kwasila Anne (profesora): "Estaba con mi marido, éramos comerciantes, llevábamos mercancías para vender en Baliga, para ello teníamos que atravesar una zona de bosque; llegamos vendimos nuestra mercancía y de regreso a casa, empezó a llover y nos refugiamos bajo un árbol, los dos con nuestro hijo. Aparecieron unos hombres con antorchas, llevaban armas, nos intimidaron y mi marido les ofreció el dinero de las mercancías que habíamos vendido. No quería el dinero, solo querían violarme y que mi marido y mi hijo lo presenciaran. Lo hicieron seis hombres y perdí el conocimiento. Introdujeron un cuchillo en mi vagina, me destrozaron por completo. Nos abandonaron a los tres, pero yo seguía inconsciente. Luego supe que violaron a otras 12 mujeres. Mi marido me trasladó a una población cercana, me atendieron y empecé a curarme. Pero él me abandonó porque había dejado que me violaran, decía que tenía que haberme resistido aunque me hubiesen matado por ello. Fui a Bukavu, al hospital de Panzi para que me curasen y no pude volver a mi aldea. Hoy vivo sola y me hago cargo de nueve niños. Hoy pido protección al Gobierno, que nos dé la paz. Sé que mi marido me dejó pero sé que él también estará traumatizado por la atrocidad que tuvo que presenciar".

El caso de las siguientes dos niñas es similar, acusadas de brujería:
Nadège, de ocho años. Lleva dos años en un orfanato. Es uno de los muchos hijos nacidos fuera del matrimonio. Su padre murió y su madre, con una vida desordenada, enfermó y falleció más tarde. Los vecinos la acusaron a ella y a sus hermanos de brujería. Su hermana se escapó y desapareció. A ella la salvaron llevándola a un centro de acogida. De lo contrario, seguramente la habrían matado.

Sifa también nació fuera del matrimonio, su madrastra la culpa de la muerte de su hermano pequeño de año y medio. Sifa lo tenía en brazos, se le cayó y se rompió una pierna. La madrastra la acusa de brujería y los vecinos, para salvarla de la tortura y de la calle, la mandan al orfanato.

Leer más testimonios:
¿Pourquoi? (¿Por qué?) Con Caddy Adzuba
Masika Katsuva, inspiradora!
Testimonios de las victimas


Fuentes: Casa África / El País España /

viernes, 6 de mayo de 2016

Grupos Yihadistas persiguen y asesinan cristianos en Congo


La República Democrática del Congo, en especial el Este del Congo, es un territorio que vive en tragedia desde hace años, pero de todos los artículos que he escrito, el tema de hoy aporta un nuevo elemento a esta guerra sin fin. Un nuevo enemigo (que como todos los demás) busca adueñarse de esta tierra.

Se trata de nuevos grupos con una clara tendencia yihadista, que han estado infundiendo terror en la aldeas, con el objetivo de lograr un desplazamiento forzoso de la población y ocupar sus tierras para instalar bases de entrenamiento. Además reclutan jóvenes congoleños en el norte y sur de Kivu (al este del Congo) que son enviados por la Muslim Defense International a la zona del macizo del Graben, una especie de "zona libre" que utilizan para adoctrinar y formar jóvenes combatientes islamistas de Kenia, Uganda, Ruanda, Sudán y Nigeria, que luego son enviados de vuelta a sus países de origen, a cometer atrocidades motivadas por supuestas ideas religiosas.

A principio de este mes, fueron asesinadas de manera cruel y salvaje 17 personas por el simple hecho de ser cristianos. El administrador de la región de Beni, Bernard Kalonda Amisi, afirmó que “el grupo rebelde yihadista se enfrentó a las fuerzas militares, logrando entrar a los hogares donde se encontraban los cristianos, para asesinarlos de una manera cruel, decapitándolos y picándolos a cada uno’.    

World Watch Monitor (organización dedicada a cuidar los derechos de los cristianos del mundo y su libertad de creencias) monitorea la persecución y ha explicado que estas masacres se han vuelto más frecuentes y se han registrado más de 38 casos en la región de personas cristianas que han sido descuartizadas con machetes y cuchillos, incluyendo miembros de la Iglesia Communaute Evangelique au Centre de l’Afrique.  

Si se pregunta qué ha hecho el gobierno? Por supuesto que ya ha recibido las denuncias que desde hace un año han enviado los líderes cristianos de la provincia de Bukavu y autoridades locales, sobre la situación que se está viviendo en la región, pero sus peticiones no han sido atendidas como debe ser y el plan de las autoridades sería el de trasladar a los cristianos de sus tierras, movida que estaría indirectamente ayudando a la meta de los grupos terroristas musulmanes de alejar a la gente de sus propiedades para luego ocuparlas.
Otra información de Open Doors ha confirmado que los militantes islámicos que operan en la República Democrática del Congo concentran sus actividades en esa área del país, donde el 95% de la población son cristianos.

¿Será que estamos ante un grupo de musulmanes que pretende conquistar el país? Lo único seguro es que la pasividad del Estado congoleño y la indiferencia de la comunidad internacional nuevamente reinan en estas situaciones que requieren atención inmediata!


viernes, 8 de abril de 2016

Sólo quedan 38 jirafas en Congo

Los animales en Congo también sufren. Ya he hablado en artículos anteriores sobre la sangrienta cacería que sufren los elefantes y ahora el turno es para las jiarafas Kordofán, una de las nueve subespecies de los animales de cuello largo que viven en el continente africano (África central).

Los expertos advierten que esta subespecie está al borde de la extinción, quedando únicamente 38 ejemplares, de las cuales se estima que 34 son adultas y sólo 4 jóvenes, divididas en dos manadas dentro de la reserva. Haga de cuenta que en el planeta sólo existieran dos familias, la suya y otra, exactamente así está la situación para las jirafas Kordofán.

El hogar de estas jirafas es en el Parque Nacional de Garamba (Garamba Park) en la República Democrática del Congo, el segundo parque nacional más antiguo de África, que solía estar lleno de vida silvestre y alguna vez tuvo 500 rinocerontes blancos, 20.000 elefantes y 350 jirafas de Kordonfán. Pero en los últimos 40 años la situación ha cambiado considerablemente. Actualmente quedan menos de 1.500 elefantes, sólo 38 jirafas Kordofán y el rinoceronte blanco que habitaba allí se ha extinguió, quedando sólo 3 ejemplares en todo el mundo, que viven en Kenia.

Así de crítica y triste está la situación de los animales más increíbles y más increíble que sean los mismos habitantes del Congo los responsables, pues la práctica de la caza furtiva es la principal causas. La piel de esta especie es muy cotizada y utilizada para productos de lujo y por supuesto, también producen carne suficiente para alimentar a los cazadores furtivos durante semanas.

Garamba está dirigido por la organización sin ánimo de lucro African Parks, quienes en un intento por proteger la vida silvestre, han puesto collares de radio a varias jirafas. Se espera que esto permita a los conservacionistas monitorear cada movimiento y rastrear su paradero. Ahora el parque ha aumentado su patrullaje, aumentado del 30% a casi el 100% los guardias. Sin embargo, ha tenido un costo, ya que muchos guardabosques han muerto en acción tratando de proteger el territorio.

¿Qué derecho tenemos de negarles a nuestros hijos y nietos disfrutar de la majestuosidad de estos animales?


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viernes, 11 de marzo de 2016

180 niños del Congo fueron adoptados en el exterior

Esta noticia puede generar felicidad o sentimientos encontrados, pues se trata de que por fin se aprobó la adopción de 180 niños congoleños que muy pronto saldrán de Congo para reunirse con sus nuevas familias, 37 de ellas en Estados Unidos.
Personalmente pienso que es una noticia alentadora saber que 180 niños tendrán la posibilidad de un mejor futuro, alejados de las violaciones y la guerra. Recordemos que Congo es uno de los peores países para vivir, sobre todo si eres niña o mujer. Sin embargo es comprensible un poco de nostalgia al darnos cuenta que la guerra obliga a algunos padres a separarse de sus hijos, quizás para siempre.

En el 2013 el Gobierno había suspendido las adopciones cuando habían 1.000 casos en proceso, alegando que los niños que habían sido adoptados hasta el momento habían sufrido maltrato, otros habían sido abandonados por sus familias adoptivas y otros supuestamente habían sido vendidos a homosexuales. Esto provocó que cientos de familias en Europa, Estados Unidos y Canadá  se vieran afectadas.

Pero la suspensión ha sido revocada y el coordinador de una comisión congoleña que examina los casos en progreso, Albert Paka, afirmó este mes que se han procesado más de 700 solicitudes, de las cuales 180 ya fueron aprobadas.

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Niñas Soldados en Congo
Congoleños Siguen Huyendo de su País, 65% son niños solos
Recientes Violaciones a Niñas Menores de 10 Años

lunes, 22 de febrero de 2016

La lucha de las mujeres congoleñas por el derecho a la salud

Coincidiendo con el día internacional de la mujer (próximo 08 de marzo), la ONG Farmamundi estrenará el documental "Temps d'écoute", que muestra la lucha de las mujeres congoleñas por el derecho a la salud en un sistema sanitario condicionado por los factores de género, ya que una mujer en Congo debe pedir permiso a un hombre para poder acceder al sistema de salud, pues normalmente es un hombre de la familia (esposo, tío, padre) el que  maneja los medios económicos, y hasta para el servicio público de salud también hay que pagar algo. 

Sin embargo, esta nueva pieza audiovisual nos muestra cómo las mujeres han unido fuerzas para organizarse y luchar por sus derechos y su salud. Un ejemplo es FEPSI, un centro creado en el 2002 por un grupo de mujeres y enfermeras en Butembo (Kivu Norte) para atender victimas de violaciones sexuales, SIDA o desplazadas de guerra.

Femmes Engagées pour la Promotion de la Santé Intégrale (Mujeres Comprometidas con la Promoción de la Salud Integral) cuenta actualmente con 3 médicos, 1 psicólogo, 33 enfermeras, 2 auxiliares de laboratorio, una clínica jurídica, una sala de escucha y un grupo de voluntarias para acompañar a la paciente, sí, ¡es un verdadero centro integral!: "No se puede tener salud física si no se tiene salud mental. Sobre este principio actuamos para tratar a las víctimas de violencia sexual, de SIDA y desplazados de guerra. Aparte de haber perdido todos sus bienes, su dignidad humana queda truncada, y necesitan ser escuchados, ser comprendidos", comenta Elizabeth Mbusa Kavuo, enfermera de la Sala de Escucha de FEPSI.

La mala noticia es que no todas tienen la facilidad de llegar hasta un centro de salud y ayuda como FEPSI, ya que muchas de las victimas viven en zonas rurales aisladas y tienen que caminar hasta 3 días para poder llegar hasta algún centro de salud. Otras, (como uno de los testimonios del video) están secuestradas en la selva y tienen que parir sin ningún tipo de ayuda en medio de la nada.

Uno de los testimonios del documental relata: "Vivía en el pueblo de Muhangi. Iba al campo con mi marido cuando aparecieron los bandidos. Mataron a mi marido. Eran muchos, no logro recordar cuantos. Después se tiraron encima de mí y me violaron, todos, muchos. Me quedé inconsciente. Los agresores me pasaron muchas enfermedades. A raíz de las violaciones soy seropositiva".

Tras varios meses de trabajo, el equipo liderado por la ONG y dirigido por Pol Penas (Mamma Team) nos presenta "Temps d'écoute", un documental de 35 minutos que nos invita a reflexionar sobre cómo afecta el hecho de ser mujer u hombre en el estado de salud y en el acceso a los sistemas sanitarios y a los medicamentos. Les dejo el tráiler:


Leer también:
El doctor Mukwege y el hospital de Panzi
Un tema de salud y sobreviviencia !

Más información: Farmacèutics Mundi Catalunya
Laia Pibernat barcelona2@farmamundi.org
C/ Erasme de Janer, 8
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