lunes, 19 de enero de 2009

El Doctor Mukwege y su Hospital

Sin duda el conocido en común que tienen la mayoría de las mujeres que viven en la República Democrática del Congo es el doctor Denis Mukwege del Hospital Panzi.
El trabajo que lleva a cabo es admirable y su reconocimiento es a nivel internacional gracias al dedicado trabajo que ha llevado a cabo dirigiendo este hospital.

Su misión no es fácil. Consiste en salvar a las mujeres sobrevivientes de los actos más atroces de violencia sexual.

Mukwege tomó la decisión de ser médico, después de acompañar a su padre (que era un pastor protestante) a varias visitas pastorales a los enfermos. Decidió irse a Francia a estudiar ginecología y volvió a su país para ejercer su profesión en condiciones de trabajo inciertas y altamente peligrosas.

Aunque su trabajo en el Hospital de Panzi lleva años, fue hace poco que se le otorgó el galardón de "Africano del año 2008" (con una dotación de 20.000 dólares, que se utilizaron en la fundación de un nuevo centro de atención a personas violadas) y hace unas semanas recibió el premio "Olof Palme" (premio anual otorgado por un logro sobresaliente y consiste en un diploma y 75.000 dólares) por su contribución a la salud de tantas personas en conflictos olvidados.

El Hospital General de Panzi es pionero en el país en esta clase de casos y tiene un departamento especializado para atender y operar a las mujeres violadas, que a diario son más de diez. Esta situado a unos ocho kilómetros al sur de la ciudad de Bukavu, a las orillas del río Ruzizi y muchas de las víctimas llegan de comunidades totalmente aisladas.

Las mujeres que logran llegar al hospital Panzi son mujeres muy traumatizadas, porque más allá del inimaginable dolor físico, también llevan un dolor psicológico y muchas veces ni siquiera logran expresarse cuando llegan, hasta que poco a poco comienzan a relatar lo sucedido. Ellas esperan en la sala de preoperatorio adoloridas y asustadas por la cirugía a la que serán sometidas. La mayoría llegan con fístulas obstétricas debido a los objetos que los agresores introducen (una dolorosa lesión entre la vagina, el recto y la vejiga) que además las condena a la incontinencia y necesitan hasta cinco cirugías.
El doctor Mukwege explica: “Aquí en Congo no las violan porque los soldados están aburridos y no tengan nada que hacer o ver, sino porque es una forma de garantizar que las comunidades acepten el poder y la autoridad de ese grupo armado, se trata de utilizar la violación como arma de guerra”.

Estás mujeres han sido repudiadas y rechazadas después de ser violadas, incluso por su propia familia, sin embargo, las ganas de vivir y de creer en un futuro con sus hijos es tan grande que se les ve hablando entre ellas, dándose apoyo, tejiendo e incluso riendo... Al igual que el doctor Mukwege, son admirables!




3 comentarios:

  1. Me maravilla, me dan una envidia terrible (de la sana) y me crean una admiración enorme gente como el Dr. Mukwege ¿No podemos hacer nada? Pues parece que si te lo propones no cambiarás el mundo, pero tu entorno seguro y así nos lo enseña este Doctor que con sus medios ayuda a los demás. Buena entrada y buena elección de música. Bss!

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  2. Te felicito por tu blog. Ademas, te dejo un link de fotos tomadas recientemente en el congo. Saludos.
    http://www.boston.com/bigpicture/2009/02/portraits_from_the_congo.html

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  3. QUE INSIGNIFICANTE ME SIENTO....QUE BENDICION TENER LA POSIBILIDAD DE AYUDAR A ESAS MUJERES Y A ESOS NIÑOS...SON UNOS TIERNOS Y TAN INDEFENSOS..

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